¿Cómo ayuda a los dientes el masticar un chicle sin azúcar?

Siempre hemos escuchado que masticar chicle ayuda a mantener limpios y sanos nuestros dientes, pero ¿hasta qué punto es verdad esta afirmación? Bueno, hay que precisar en primer lugar que ese chicle que se ha de masticar es, claro, sin azúcar. Una de sus grandes ventajas es que al no contener azúcar, puede disfrutarse sin riesgos para los dientes, ya que los edulcorantes utilizados no provocan caries.

Además, el ejercicio de masticación permite que las glándulas salivales produzcan saliva hasta diez veces más, de manera que la boca está permanentemente húmeda. La saliva permite que muchos de los germenes existentes en la boca sean eliminados y sea más sencillo eliminar los que queden mediante el cepillado. También reduce el ácido bucal, ya que permite que este se elimine en cuestión de unos 20 minutos en lugar de la hora que suele ser necesaria. El daño producido por este ácido se elimina de forma efectiva mediante la masticación de un chicle sin azúcar.

Otro de los efectos de masticar un chicle sin azúcar, que funciona de manera más indirecta pero que es igualmente importante, es que el flujo de saliva resultante de la masticación ayuda a reducir la acidez del estómago. Es indiferente el sabor elegido, pero es aconsejable evitar los chicles de menta, ya que este ingrediente ayuda a relajar el esfinter interior y puede llegar a favorecer el reflujo.

El acto de mascar puede, además, reducir el estrés. Es importante, ya que este es causa del bruxismo, el acto de rechinar y rozar los dientes, por lo que es recomendable tomar un chicle sin azúcar, realizar el acto de masticación de forma continuada y relajar de esa manera la mandíbula.

No hay más que ventajas que justifican el hecho de mascar chicle sin azúcar. Tienen también algunos efectos que pueden aparecer si se consumen de forma exagerada. Por ejemplo, la presencia de sorbitol puede llegar a provocar una diarrea que cause molestias y, en caso de prolongarse demasiado, problemas de salud. Hay que evitar el consumo exagerado, pero sin alarmas. Nuestros dientes y el sistema digestivo lo agradecerán.

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