Cómo quitar un diente de leche con seguridad y sin riesgos
Los niños comienzan teniendo una dentadura provisional, unas piezas que le sirven para comenzar a masticar pero que realmente no son piezas definitivas. A partir de los pocos meses de vida se inicia la dentición, que permite que estos dientes afloren y vayan colocándose en su lugar. Después, a partir de los seis años, más o menos, comenzarán a perder esas piezas y en el hueco que dejan aparecerán las piezas definitivas.
El crecimiento del nuevo diente rompe las raíces de la pieza provisional y provoca que antes de la caída este presente un movimiento que puede llevar a creer que va a caer de un momento a otro. Pero este diente puede estar moviéndose durante meses, antes de caer. Muchas veces, el impulso de los padres es arrancarlo para evitar que el niño sufra molestias o heridas a causa de el mismo, aunque eso puede ser contraproducente para los niños.
Antes de arrancar un diente de leche hay que tomar ciertas precauciones para no crear problemas
Se suele pensar que, al estar el diente suelto y sin apenas sujeción, solo hay que dar un pequeño tirón y provocar que salte y se suelte sin esfuerzo. Pero en este caso se puede hacer alguna pequeña herida o provocar un sangrado en la encía que produzca dolor y alguna herida al niño o niña. Hay que dejar que el diente caiga por sí solo, pero si no es posible esperar, porque se produce una molestia para el niño o niña, hay que seguir algunas indicaciones para hacerlo de forma segura.
Primero se ha de saber cómo de flojo está el diente, y para ello hay que tocarlo y moverlo ligeramente. Pero eso sí, siempre con las manos limpias y desinfectadas, para no crear más problemas. Si el diente no está bien suelto, hay que decir al peque que no debe tocarlo y esperar un poco más para que se suelte del todo. Es importante que él o ella no se lo toquen, para que se suelte un poco más y no le cause daño ni un sangrado que solo traería problemas.
Si está lo suficientemente suelto, hay que hacer que el niño mueva el diente para que se acostumbre al movimiento y que no le duela en el momento de hacer el movimiento definitivo y que hará que se arranque del todo. En el momento de realizar el tirón hay que utilizar una gasa para absorber la sangre y evitar que se produzca un pequeño derrame al soltar el diente.
En cuanto la boca deje de sangrar, hay que aclarar la boca con abundante agua limpia y poco a poco, irá saliendo el diente definitivo. Y sobre todo hay que hacer bastantes visitas al dentista, para tener controlados los dientes que están saliendo y ver que todo está bien.