Preparándose para la revisión semestral de los dientes

Cada seis meses debemos pasar por la consulta del dentista. Es lo que necesitamos para contar con una buena salud dental, pese a mantener una higiene continua y diaria. El cepillado de los dientes dos o tres veces al día permite que se eliminen los restos de comida y también la placa dental. El uso del hilo dental, ya lo sabemos, es también indispensable para mantener sanos y limpios los dientes, pero también hay que confiar en el buen hacer del profesional para acabar de tener la boca en perfecto estado.

El profesional se encargará de realizar una revisión completa de las piezas dentales, comprobando que no exista ninguna enfermedad, que se mantengan sanas y que las encías estén en perfecto estado. Con esta revisión, se consigue olvidarse de decenas de problemas que pueden pasar desapercibidos en el día a día y se puede prever la aparición de futuros contratiempos.

Hay que recordar que los odontólogos son profesionales que conocen perfectamente cómo funciona el crecimiento de los dientes y es en estas revisiones donde podrán determinar la existencia de cualquier enfermedad en sus primeros estados. Si se aplican métodos profilácticos y sanitarios, se puede evitar que estas vayan a más y se sufran dolores que pueden resultar ser perfectamente evitables si se aplican tratamientos desde el mismo momento en que se detectan.

El profesional podrá ver el estado de las piezas dentales, de las encías y el resto de elementos que permiten saber si todo está en orden. Incluso pueden detectar si se ha producido algún golpe entre la revisión anterior y la actual. Es posible que se haya producido alguna lesión o cualquier otra cosa que pase desapercibida por el paciente y es solo a través de las revisiones cuando se detecta, se puede diagnosticar el problema y actuar en consecuencia.

Hay que ir tranquilo a las revisiones dentales semestrales. El profesional verá el estado general y de la boca y podrá actuar si detecta problemas, por lo que nos ahorraremos futuros quebraderos de cabeza y actuaciones de emergencia y con prisas. Tu boca, tu sonrisa y tu salud, te lo agradecerán.

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