
¿Se han de quitar todas las muelas del juicio?
Uno de los momentos que quedan en la memoria del paciente de un odontólogo es cuando se ha de sacar una muela del juicio. Esta operación se concibe como una de las más molestas y dolorosas de cuantas se suelen realizar. Pero, realmente es tan problemática esta operación? Veamos en qué consiste.
Las muelas del juicio suelen aparecer a partir de los 16 años y ocupan un espacio que no tienen, por lo que se han de abrir camino y romper la encía, provocando una serie de problemas y dolores bastante molestos. Pero, en ocasiones, la muela del juicio no presenta ningún problema y no es necesario actuar sobre ella.
Se queda bajo la encía y no fuerza la mandíbula ni al resto de las piezas, por lo que no es necesario extraerla. Efectivamente, el proceso de extracción de la muela del juicio es complejo y puede revestir algún problema de salud. Se ha de cortar la encía y dejarla a la vista, para poder trabajar sobre ella.
Luego, si no hay obstáculos que se sitúen en su camino, se puede extraer como cualquier otra, aunque la herida causada hay que cerrarla bien para que cauterice en condiciones. Si existe un obstáculo, debido a su posición en la boca, se ha de cortar y preparara para ser extraída. Esta operación es algo más compleja y puede acarrear problemas. Es el tipo de intervención al que se refieren y que crea esa sensación de dolor que tan mal recuerdo trae.
Pero realmente, solo si existe un dolor persistente (puede provocar dolores esporádicos, que desaparecen en pocos días), quistes, afección dental y problemas de masticación se ha de actuar y sacar de manera total. Ante cualquier duda, lo mejor es acudir al profesional y que sea él quien decida si es oportuno o no extraerla.
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