Las bebidas azucaradas, un riesgo para los dientes
No hay nada que nos guste más que disfrutar de un buen trago de una bebida azucarada, un refresco, una bebida energética o incluso un café o un té. El sabor dulzón de estas bebidas permite que tengamos una agradable sensación cuando las tomamos y más si están fresquitas. Así que, aunque nos guste tomar este tipo de bebidas, hay que tener en cuenta que son bebidas que pueden causar serios problemas en nuestros dientes.
El azúcar que contienen estas bebidas se acumula en la boca y enseguida comienza a alimentar a las bacterias que viven en la boca. Con esto, se consigue que se produzca un ácido que ataca el esmalte de los dientes y pueda ayudar a que se produzca una caries que estropee la salud de las piezas dentales.
Pero esto no quiere decir que debamos dejar de tomar bebidas azucaradas, aunque sí que es verdad que hay que tener cierta precaución en el consumo de estas y evitar tomarlas en demasiada cantidad. Cuando tomemos un refresco, es mejor tomar después un vaso de agua, para limpiar la boca y evitar que se acumule ese azúcar y puedan provocar daños en el mismo.
No es conveniente que se cepillen los dientes tras el consumo de un refresco o una bebida azucarada. Esto es porque inmediatamente después de tomar esta bebida el esmalte está muy débil y al cepillarlo se puede dañar de manera considerable. Como siempre, hay que seguir la norma de esperar al menos treinta minutos para cepillar.
No hay que alarmarse por esto. Las bebidas azucaradas dañan a los dientes, pero igual que lo hace todo lo que masticamos o bebemos. A excepción, claro, del agua. Simplemente hay que tener cierta precaución tras consumirla y procurar no tomar demasiadas, ya que son bebidas que causan más problemas además de perjudicar a los dientes. Para hidratarse y disfrutar de una bebida sana, lo mejor es el agua.