
Qué hacer si sangran las encías
Uno de los problemas más comunes que podemos encontrar en la boca es el sangrado de las encías. Estas son la parte blanda que rodea la base los dientes, la que se encarga de mantenerlos sujetos y una de las partes más sensibles de la zona dental. No tiene la capa de protección dura que tienen los dientes, por lo que resulta especialmente vulnerable a la acción de las bacterias.
La gingivitis produce la inflamación de la encía a causa de la acción de estas bacterias y la inflamación puede llegar a provocar un sangrado, tanto espontáneo como producido en el momento del cepillado. Es en ese momento cuando más visible es el sangrado, ya que se ve con claridad en el cepillo. En ese momento, se abandona el cepillado, ya que el sangrado provoca la alarma y se prefiere dejar de hacerlo.
Con el cepillado se eliminan las bacterias y las toxinas que producen estas, por lo que es más rápida la recuperación de la zona afectada. De no eliminarse, existe el resigo que la infección continúe y aumente la inflamación y el sangrado se intensifique, por lo que hay que continuar con el cepillado.
Eso sí, en este caso es mejor hacerlo con suavidad y si es posible, utilizando un cepillo menos duro, que arrastre la suciedad de los dientes pero que no ejerza demasiada presión en ellos. Es importante cepillar los dientes siguiendo una rutina fija, empezando siempre por el mismo lado, recorriendo toda zona superior y después la inferior, sin olvidar la cara interna, por la cara externa y por dónde masticamos, para no olvidar ninguna zona. La lengua también debe cepillarse con cuidado, ya que en ella se fijan también las bacterias.
En caso de que el sangrado y la inflamación no desaparezcan en unos días, hay que visitar al dentista, para comprobar que no hay un problema más grave y que requiera algún otro tipo de tratamiento más intenso.
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